¿Presión de sueño para qué?:
Pues sí: aunque parezca increíble, necesitamos presión de sueño para dormir. Es más, si logramos generar suficiente presión de sueño, el dormir nos será más fácil y de mejor calidad.
¿De qué estamos hablando?.
La idea es muy sencilla: en determinados momentos del día tenemos más facilidad que en otros para quedarnos dormidos. Y ese momento suele ser al final del día, cuando ya llevamos unas cuantas horas de actividad intensa y la noche empieza a caer. Esa facilidad se debe a que hemos ido acumulando presión de sueño, o sea, la necesidad de dormir para descansar y para recuperarnos de los excesos de actividades diurnos.
Vamos, el resumen es muy sencillo: cuanto más tiempo pases despierto, más deuda de sueño ( o más presión) generas, y por eso es más fácil que te duermas.
¿Para qué vale?.
Pues vale sobre todo para dormir. Y esa es la base de muchas Terapias No Farmacológicas (TNF en este blog de aquí en adelante).
Lo que vamos a procurar es que, en las personas que duermen mal, generemos una presión de sueño para dormir tan intensa, que resolveremos el problema poco a poco.
Te voy a poner un ejemplo: si una persona está metida siete horas en la cama, pero duerme solamente cinco, le vamos a permitir que solamente pueda estar en la cama cinco horas: el resto del tiempo, fuera de la cama. Así, vamos a aumentar la presión de sueño de modo gradual y lograremos mejorar el sueño de aquella persona que lo pasa mal porque no logra dormir.
«¿No puedes dormir?: toma dos tazas».
Si te fijas bien, es muy parecido a lo que llamamos el «método del crío»:cuando tenemos al niño o la niña excesivamente hiperactivos, ¿ qué es lo que hacemos?. Pues dejar que siga hasta que caiga al suelo reventado de puro cansancio.
Aquí te dejo un enlace aquí para que veas como usamos la presión de sueño en técnicas como la Terapia de restricción de sueño.
Gracias por leer y compartir.
Hasta la próxima entrada.