Diagnosticar el Síndrome de Piernas Inquietas.
Para diagnosticar el síndrome de Piernas Inquietas, o como se le llama coloquialmente,las Piernas Inquietas (sin más), necesitamos de una serie de pasos para confirmar si esas molestias que sientes pueden serlo o no.
Primer paso: revisar tu historia clínica.
Pues aunque parezca increíble, lo primero que van a hacer es si reúnes las condiciones que sugieren que, efectivamente, padeces un Síndrome de Piernas Inquietas ó SPI. Y para eso buscamos si te pasa algo de esto:
- Necesidad imperiosa de mover las piernas, usualmente acompañada o causada por una sensación displacentera, de dolor o malestar en las piernas.
- La urgencia de mover las piernas o la sensación displacentera comienzan o empeoran durante los períodos de descanso o inactividad, tales como estar acostado o sentado.
- La necesidad de mover las piernas o la sensación desagradable se alivian parcial o completamente con el movimiento, como caminar, flexionar o estirar las piernas, al menos mientras dura la actividad, aunque pueden reaparecer inmedia- tamente al cesar el movimiento.
- La urgencia de mover las piernas o la sensación desagradable empeoran en la tarde o noche.
- Los síntomas antes mencionados no son primarios de otras patologías o condiciones médicas.
Vamos, que si lo piensas bien es lo que hemos hablado: al caer la noche te entra una sensación en las piernas que no te deja descansar y te obliga a bailar en la cama hasta que caes en coma debido al agotamiento. Y no te creas que solamente preguntarán por tu problema: seguramente te pregunten por tu madre, tu tía o tu abuela. Porque muchas veces este problema tiene un componente familiar y que, además, suele darse en las mujeres.
Segundo paso: exploración física y pruebas complementarias.
Después del primer paso, el siguiente punto para diagnosticar el Síndrome de Piernas Inquietas será el de una exploración física y solicitar las exploraciones complementarias necesarias.
Exploración física, ¿para qué?.
Basicamente, para comprobar que los nervios de tus piernas no están enfermos: y es que, a veces, existen un grupo de enfermedades llamadas coloquialmente neuropatías, que pueden provocar o empeorar el problema.
Después, una analítica.
Sí: unos simples analísis para comprobar que tu hígado, tu riñón y tus depósitos de hierro (llamados también ferritina) se encuentran perfectamente. De paso, chequearemos tu Vitamina B12 o tus niveles de Ácido Fólico, y tal vez el estado de tu tiroides.
Y si eres mujer joven, a lo mejor te hacemos un test de gestación, no sea que tengamos la sorpresa de que puedas estar embarazada; quién sabe, a veces pasa.
Finalmente, pruebas más complejas.
Y ya para terminar, si sospechamos que puedes tener una neuropatía, pediremos una prueba llamada Electromiografía (EMG), donde mediante unas pequeñas descargas miraremos si, efectivamente, tus músculos y tus nervios se encuentran bien. Otra técnica complementaria es el llamado Test de Inmovilización Sugerida, donde medimos la capacidad del paciente para aguantar con las piernas en reposo, sin moverse.
Diagnosticar el Síndrome de Piernas Inquietas: a manera de resumen.
Diagnosticar el Síndrome de Piernas Inquietas, como puedes ver, se hace de diferentes maneras. Es cuestión de saber cual utilizar en cada caso.
Aquí te dejo el enlace a una guía muy completa sobre las Piernas Inquietas.
Gracias por leer y compartir.
Hasta la próxima entrada.